domingo, 21 de diciembre de 2008

Cohética



En horribles dioses nos hemos convertido,
O siempre lo fuimos y nunca supimos.

Nos caemos de la mesa constantemente
Rodamos entonces hasta cualquier pierna o rodilla que nos brinde calor.

Somos limitados en nuestro sacrificio
Nuestros milagros son torpes y llenos de letras.

Tristes nos caemos
Pequeñas ingenuidades rodando bajo la mesa.

Nos gustaría entender algo
Encajar
Sonreír a la cámara
Disfrutar la vista, el abrazo, el suspiro,
Cerrar los ojos nos gustaría,
O abrirlos
A estas alturas no se sabe.

Nos gustaría entender algo y no parecer patéticas sombras
Melancólicos espectros varados como vacas a los pies de los mortales.

Pero lo estamos Varados
Oxidándonos, viéndolos pasar mientras nos llenamos de hojas
De rayos
De relámpago
De lo inútil.

Diablos!
Tenemos miedo
Nuestra valentía sólo es demencia temporal
Lo irracional que es nadar bajo la arena entre tantos peces y manos gloriosos.

A veces despreciamos
La vileza nos corroe

Pero sabemos nuestra deficiencia
Nuestra invalidez, es decir
Sabemos que esta ahí
Que nos separa,
Que nos hace tontos y vulgares y brillantes y cínicos e igualmente falsos a fin de cuentas
Pero no sabemos qué es ni donde está
Nuestra invalidez, la degeneración
Si pudiésemos quizás la extirparíamos en vez de seguir corriendo hasta morirnos de frio.

Entonces Abrazaríamos a nuestra amante
Gozaríamos su escote
su mano
Le diríamos cuanto la amamos
Besaríamos su cuello
Y ella reiría
Podríamos prometer algo
Una suerte de futuro
Nuestra risa junto a la de ella
Podríamos ver las noticias sin pena
Tomaríamos agua
Y colocaríamos la pistola bajo la almohada
En vez de restregarla constantemente a nuestra sien.