domingo, 22 de julio de 2007

IIVII



Algo se cae
A pedazos
Por las escaleras, destrozando lo poco de madera que nos va quedando en los bolsillos.
Y hace tanto frío
Que no podemos vernos las caras sin desear enormemente esa pequeña agonía tras otra piel y bajo otra sangre que corre con calor
en estos pequeños sacos de hueso y mugre en que nos hemos convertido.

Y la despedida duele porque es dulce
Y hay tanta noche para olvidar
Y tanto alcohol en nuestras gargantas...
Pero falta la fe
El saber coherente de que las lagrimas no dolerían 3 o 4 segundos.

¿Dónde estas ahora, entonces?
Y las pocas palabras, la muerte, la risita en un cuello que rabiosamente se parece al tuyo.
Pero hay tanto pellejo en tres años
Tanto roedor en los bolsillos, en los pechos que ya se empieza a escuchar un poco entrecortado el sonido de las voces que eran las nuestras hace pocos siglos.

Así es ahora, sin ninguna tristeza que contarte
O inventar pero ingenuamente para que sean esos otros ojos que creo haber visto ayer bajo los zapatos o en la cómoda los que me miren riendo, esos ojos y no estos otros que te cuelgan casi viejos desde esa cara tuya que a veces me recuerda.

La cama aun suena y suena sobre este dormitorio; al lado de las botellas apiladas y tus pelos sueltos en el ambiente aun suena y suena con esos dos sacos de hueso y mugre sobre ella,
Suena y suena tempestuosa como sino hubiese pasado nada; dominando toda la situación desde la altura, reencontrando los fósiles para volver a secarlos y armarlos uno a uno sobre el otro que se descascara y grita.
Aun suena y suena
Ciega
Sorda y
Sobre todo muda
Como burlándose de tu ira y mi fatiga ante ese liquido y esa curva
que no te logro besar aunque lo intente.

2 comentarios:

Poeta de Cañería dijo...

:s me angustia :S

y que?

chaiso yegua.

Cecilia Azul Cielo dijo...

entiendo, pero de todas formas...
¿porque te empeñas en volver a vivirlo, y de esa forma?